Monday, January 30, 2012

El Salvador y un tabú


Todos somos humanos y todos merecemos iguales derechos y respeto.

“El tiempo cambia”. Las sociedades crecen, y poco a poco las personas tienen más de un punto de vista, se crean diferencias de pensamiento tanto políticas, como de vida, de enseñanza, entre otras. Los humanos como tal somos seres diferentes, y sería ridículo que todos pensáramos de una sola forma. El Salvador es un país que en los últimos 30 años ha tenido cambios trascendentales en todo aspecto. Y es algo afortunado, pues si el mundo y su forma de pensar no se desarrollaran, siguiéramos pensando que la tierra es cuadrada, que la Santa Inquisición fue correcta, que las mujeres no pueden votar, que los afro-americanos son menos capaces que los blancos, que el homosexualismo es una enfermedad.

Todos tenemos el derecho de crecer, desarrollarnos como personas, el derecho  a vivir sin ser juzgados  por ser quien somos y
a quien amamos. Pero lamentablemente vivimos en una etapa en la que estamos lidiando con una doble moralidad, en la que si un niño muere de hambre, no nos importa, pero si hay dos personas del mismo sexo demostrando su amor nos ofende, nos insulta y lo catalogamos como enfermizo e incorrecto.
Me enseñaron en la iglesia, que robar y matar es malo. Me enseñaron que la homosexualidad era una abominación; me enseñaron que solo Dios puede juzgar y me ensañaron que Jesús nos amaba a todos por igual. Aprendí que en el mundo hay diferentes religiones. Luego leí historia y supe que las religiones y las personas intolerantes y sin respeto hacia los demás han causado guerras y han matado a inocentes por pensar y ser diferentes. Pero nunca me enseñaron que amar es incorrecto.

Me enseñaron a no juzgar, y también a analizar, y a saber qué es correcto y no es correcto. Me enseñaron valores y también a respetar a los demás cualquiera fuera su condición física, su religión, su color, su preferencia política. Aprendí que las sociedades crecen y evolucionan, pero sé que el respeto por cualquier persona es vital para poder vivir en paz y es la base de cualquier sociedad.
Mi generación es diferente, espero que lo sepan. Esta generación es el presente y el futuro. Tenemos una mente abierta a los cambios, a las personas y las diferentes formas de pensar; hemos aprendido a ver la esencia de las cosas, luchamos por no juzgar a nadie y hemos aprendido que el amor no discrimina. Para mantener el impulso de cambio que lleva esta generación, tenemos que poner especial cuidado a este aspecto: el respeto de los demás, la no discriminación y el cambio de paradigmas de lo que es o no es “normal”.  Estamos sumidos en una doble moral en la que 12 homicidios diarios nos parece un hecho normal y sin mayor importancia, pero una pareja homosexual causa escándalo.
Muchas personas se han pronunciado últimamente, han dado su punto de vista y dicho que la homosexualidad es una enfermedad, y que estamos luchando por mantener los valores morales que rigen nuestra sociedad. Creo que todos sabemos que el país aún sigue y seguirá creciendo, y me parece correcto que las personas defiendan su forma de pensar de las formas que quieran, simplemente cuando esté en el marco del respeto mutuo. Ninguna persona piensa igual. Me parece ridículo y arcaico que en los centros comerciales echen a personas del mismo sexo por demostrar su afecto. Creo que está mal juzgar y tildar algo como incorrecto, malo e inmoral, porque no lo entendemos. Las sociedades cambian, y lo que ahora es considerado polémica por unos, será normal en poco tiempo. Nuestra sociedad y nuestra generación no es la misma de antes. Incorrecto es discriminar, matar a personas, y juzgar solo porque no son como nosotros.  El respeto es el valor que no tenemos que olvidar.

                                                                                                                                      - Mario Guevara -